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La legionela, ¿de dónde viene? ¿Cómo puedo protegerme?

¿Qué es la legionela y cómo es de peligrosa?

La legionela (Legionella spp.) son unas bacterias del agua de las que hay más de 40 especies. La Legionella pneumophila es el patógeno más común causante de la enfermedad del legionario (legionelosis). Esta enfermedad debe su nombre al brote que se produjo entre legionarios norteamericanos en Filadelfia (EE. UU.) en 1976. En su forma grave de inflamación pulmonar (neumonía) puede presentar un curso letal. El tiempo de incubación de la legionelosis es de entre dos y diez días. Otra enfermedad infecciosa provocada por la legionela es la llamada fiebre de Pontiac, que es parecida a una gripe. Esta, por lo general, tiene un pronóstico moderado. Según datos del Instituto de Salud Carlos III en España, en 2017 se declararon más de mil cuatrocientos casos de Legionelosis, lo que supone un índice epidémico del 1,48%, considerado como de incidencia alta.

¿De dónde viene la legionela?

La mala calidad del agua potable está causada, entre otras cosas, por tuberías muertas (tramos de tubería sin un grifo en uso); un sistema de agua caliente disfuncional; agua cargada de gérmenes que fluye de vuelta desde las aguas residuales a la zona de agua dulce; fuentes de gérmenes en el depósito de agua/calentador de agua potable; una temperatura del agua incorrecta (agua demasiado fría en las tuberías de agua caliente; agua demasiado caliente en las tuberías de agua fría); agua estancada debido a paradas como cierres temporales; fases de construcción; o cuando el agua no se extrae regularmente del suministro de agua potable.

La legionela son por lo general gérmenes del entorno que se valen del agua como su espacio vital. Habitualmente se encuentran en aguas de superficie, como ríos y lagos, en aguas subterráneas y también en el agua potable. A una temperatura de entre 25 °C y 45 °C se multiplican de manera idónea en el sistema de conducción. Aportan también unas condiciones óptimas para ello las áreas con ausencia o escaso flujo de agua (estancamiento). La legionela no solo se encuentra en el agua caliente también, sino también en el agua fría [1]. No obstante, no se multiplica de manera significativa por debajo de los 20 °C. Cuenta con flagelos monotricos, por lo que se mueve en los medios líquidos.

A través del vapor de agua que se crea en la ducha por ejemplo, la legionela consigue acceder a los pulmones de los seres humanos y provocar así la legionelosis. El riesgo de infección es especialmente alto en los edificios públicos, como piscinas, edificios comerciales como hoteles o instalaciones residenciales. No se conoce hasta el momento ningún caso de contagio entre personas.

Al contrario de lo que sucede con la Pseudomonas aeruginosa, la legionela no crea película biológica. Sin embargo, la película biológica le ofrece unas condiciones de vida óptimas y protección frente a influjos del entorno, como el cloro, la luz ultravioleta y las altas temperaturas. Las bacterias de la legionela han desarrollado una sofisticada estrategia para multiplicarse y expandirse. Se multiplican en células huésped, por ejemplo, las amebas, que en realidad son su depredador natural. Esto significa que la ameba encapsula a la legionela y a la vez la protege. Una vez finalizada la multiplicación intracelular, las amebas revientan, y las bacterias de legionela se liberan en el agua corriente. Por este motivo, en los análisis del agua pueden encontrarse concentraciones de legionela muy distintas.

Reglamentación: normativa sobre agua corriente

La nueva norma UNE 100030:2017 asociada al Real Decreto 865/2003, de obligado cumplimiento, obliga, entre otros, a realizar análisis de legionela en las instalaciones de agua fría de consumo y de agua caliente sanitaria. En dicha normativa se recogen en detalle las medidas a adoptar si se supera el valor límite de 100 UFC/L. En caso de una contaminación extremadamente elevada, la autoridad sanitaria podría declarar la prohibición de uso de la instalación.

 

* UFC es la abreviatura de "unidad formadora de colonias", que describe la magnitud que determina la cuantificación de microorganismos como la legionela.